En México, durante 2008, se registraron 589 mil 352 matrimonios y 81 mil 851 divorcios, anunció inegi.org.mx. Y es que el matrimonio, puede ser sinónimo de años de felicidad y una vida completa al lado del “amor de tu vida”, pero también puede significar un martirio.
De acuerdo con algunos estudios, antes de casarse, las personas están entusiasmadas y enamoradas, lo que los hace olvidarse de aclararse cuestiones básicas que ayudarán a saber si la relación en matrimonio tiene un futuro próspero, menciona nosotrasmagazine.com.
Esta es una selección de preguntas clave que se deben formular antes de casarse.
1. ¿Me siento bien con su familia? Muy bien dicen que cuando te casas con alguien te estás casando con toda su familia. ¿Cómo es tu relación con su familia? Recuerda que si tienes problemas con ellos, lo más seguro es que los seguirás teniendo durante el matrimonio. Antes de dar el “sí”, hay que limar cualquier tipo de asperezas, para que el matrimonio empiece sobre bases más sólidas y sea más tranquilo.
2. ¿Queremos tener hijos? ¿Cuántos? Si queremos una vida juntos, hay que realizar un plan donde sepamos si queremos hijos o no, cuántos, quién los cuidará, cómo se manejarán los gastos. La llegada de los hijos puede ser perturbadora, lo que puede generar problemas que se aumentan cuando los dos están sintiendo lo mismo. Lo mejor es conversar desde antes de las nupcias al respecto.
3. ¿Tenemos una idea clara de las obligaciones financieras? ¿Ya acordaron cómo manejaran el dinero? Puede que sea un tópico difícil de tratar, pero hay que conocer las metas de cada uno, las costumbres de gasto y de ahorro. Así se podrá llegar a un acuerdo sobre cómo se manejarán los gastos compartidos.
4. ¿Conocemos las necesidades espirituales y creencias del otro? Durante el noviazgo es una buena oportunidad para conocer al otro, pero será mejor preguntar de manera directa cómo será la forma en que cada uno desarrollará su espiritualidad y creencias religiosas.
Si es la misma, no hay mucho problema, pero si es diferente, sí debe haber una conversación al respeto para llegar al acuerdo vital del respeto. Asimismo, se debe hablar del tipo de educación religiosa se inculcará a los hijos, si es que se tienen.
5. ¿Quién hace qué en la casa? Las costumbres de cada uno son diferentes, así que hay que conocer las expectativas que tiene cada uno sobre el mantenimiento de la casa, sobre quién se encargará de determinadas tareas, básicas, como los quehaceres del hogar.
6. ¿Hay algo, en la actualidad, a lo que no quieras renunciar cuando estés casado (a)? Cuando se contraen nupcias, se pasa de ser un individuo independiente a un dúo dinámico, que requerirá tiempo y atención, por lo que puede que los proyectos individuales sean un poco más difíciles de cumplir.
La llegada de hijos puede, también, atrasar las cosas. Vive todo lo que quieras vivir antes de casarte, para que no se vuelvan sueños lejanos que no se cumplieron. Disfruta tu soltería, no dejes asuntos pendientes.
7. ¿Existe la suficiente confianza en el ámbito sexual para estar cómodo uno con el otro? Por tabú social, por pena, por muchas razones, el tema de la sexualidad suele dejarse de lado, pero es de gran importancia tratarlo para saber qué nos gusta, qué no nos gusta, qué queremos hacer y qué nos hagan, qué necesitamos y más. El resultado será una vida sexual sana, donde se alimenta la confianza.
8. ¿Qué hay de: “en la salud y en la enfermedad”? ¿Estarías dispuesto a sacrificar todo por tu pareja? Ante la emoción es probable que no se piense en posibilidades negativas, pero no estamos exentos de problemas, así que hay que organizar un plan de “¿qué haría si…?” y saber a qué tanto estamos dispuestos.
9. ¿Quiero cambiar algo de mi pareja en cuanto seamos oficialmente esposos? Muchas mujeres han confesado que se casan con la esperanza de que sus parejas cambiaran algunas conductas después de las nupcias; mismas que admiten que no lo han logrado.
El matrimonio no es una solución a nada. Los cambios se pueden dar, pero no como uno los imagina o quiere.
10. ¿Es el divorcio una solución? Si quieres contraer matrimonio pensando en que si “no la hacen” te puedes divorciar, es probable que debas replantearte el fin último del matrimonio. El divorcio puede ser una solución ante lo que parece no tener solución. Pero antes de llegar a esa decisión, es necesario agotar otras opciones.
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